Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero.
Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
A. Pizarnik
Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
A. Pizarnik
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