¿Qué digo? ¿Acaso mi amor no está impreso en todos los objetos que me rodean? ¿No está escrito en mi frente, en mis ojos, en todas mis acciones? Mis palabras, mis suspiros, hasta mi mismo silencio, aquel silencio mudo tan largo, tan profundo, ¿no expresan vivamente los afectos de mi corazón? El aire, el aire testigo tanto tiempo de mis sentimientos, de mis votos, de mis suspiros; el aire, sí, herido tantas veces por mi voz lamentable, ha elevado sus tristes acentos hasta el lugar donde ella habita.
Torquato Tasso